domingo, 28 de octubre de 2018

SINOPSIS

¿Qué ocurriría si las leyendas que conocemos fueran reales? ¿Hasta donde estarías dispuesto a llegar para conocer la verdad?
Me llamo Alejandro. Acabo de finalizar los estudios de derecho en la universidad de Madrid. Mi familia posee una casa en un pequeño pueblo asturiano donde veraneábamos todos los años. Un lugar lleno de leyendas, cánticos y misterios. Nunca creí en historias de fantasmas, brujas ni esas cosas; hasta que en la noche de San Juan de mi decimoctavo cumpleaños, junto al río, la vi, a mi propio ¨fantasma¨, a ese que me atormetaria desde entonces. 
Un secreto oculto entre los vastos parajes asturianos donde la leyenda y la realidad se enlazan entre sí, y donde ver y creer no siempre van de la mano. 


PRÓXIMAMENTE
 

RECURSOS LITERARIOS PARA MI HISTORIA

MAPA DE ASTURIAS

RÍO TRUBIA EN SU PASO POR QUIRÓS 

PALACIO DE MIRANDA 
(En la historia utilizaré este palacio como uno de los paisajes principales, pero con otro nombre)

EL BASILISCO




Este mito, llegó a Asturias a través del Camino a Santiago de la Costa, su figura mitad gallo, mitad serpiente aparece con frecuencia en los capiteles románicos, con la finalidad de ahuyentar a los malos espíritus para que no penetrasen en el recinto sagrado, sin embargo su procedencia es de Oriente. 
Este mito aunque temido por su maldad, es cobarde y con frecuencia huye y se oculta....
Plinius el Mayor nos cuenta que el Basiliscu nace de un huevo puesto por un gallo viejo e incuvado por un sapo o una culebra venenosa, su cuerpo está cubierto de escamas negras y amarillas para avisar de su peligro.
La cabeza sostiene una cresta en forma de corona de la que le viene el nombre (basilisco=pequeño rey).
En muchas aldeas asturianos se cuenta que el gallo cuando cumple los siete años pone un huevo (en Tíos - Lena- dicen que es puntiagudo y y carece de yema), que es incubado entre el estiércol por un sapo, del que nacerá una culebra muy venenosa denominada Basiliscu.
Se dice que con su mirada mata a la gente y lo que hay que hacer, es poner un espejo y al reflejarla en él, el Basiliscu muere. También huye con el canto de un gallo.
Hay zonas asturianas en que cuentan que del fatídico huevo no tiene yema o es negra, de él nacían una legión de "malinos".
Según la imaginación y la fantasía de los pueblos, el basiliscu cambia de forma y los hay con patas, alas, cabeza de hombre y otras formas de cuerpo
En la Inglaterra del siglo XV cuentan que los basiliscos se reproducían con tal velocidad, que había hombres cargados de espejos destinados a matar los basiliscos.
En Argentina nace de un huevo pequeño que pone la gallina, tiene forma de víbora con cresta de gallo y el momento de destruirlo es al nacer, bien destruyendo el huevo o quemándolo en su primera etapa, pues creen que inicialmente es un gusanillo colorado que tarda un año en hacerse basiliscu. 
Cuentan que éste animal trae mil desgracias, mata con su mirada y si hay una madre que amamanta a un bebé, la sorprende cuando duerme, le succiona la leche a, mientras entretiene al nene dándole a chupar su cola.
Este mito, tuvo su mayor auge en la Europa medieval y también en la tradición hebrea donde se habla del misterioso huevo del gallo (versículos del profeta Isaías 59.9).

LAS XANAS


Bellas mujeres que cantan junto al agua y atraen a los hombres con el hechizo de sus melodías. Esa descripción puede llevarnos a pensar en las leyendas de sirenas, pero si indagamos un poco veremos que por todo el mundo existen historias parecidas. La variante asturiana del mito nos lleva a las fuentes y a las ninfas que allí viven: las xanas.
Al contrario que en otras regiones, en que las mujeres se aprovechan de su hermosura para condenar a los hombres, la mayor parte de las historias de xanas las presentan como bondadosas e inmensamente ricas. Se supone que están atrapadas o ligadas a sus fuentes, cuevas o manantiales, sin poder alejarse de ellos, por lo que buscan constantemente la ayuda de labradores, cazadores o caminantes para que las liberen.
Por toda Asturias aparecen variaciones del mito, pero todos coinciden en que las xanas son mujeres de cabellera rubia y ojos verdes o azules, que ocupan sus días en hilar y tejer urdimbres de oro que amontonan en cestos dorados. La presencia de este metal precioso es constante en las historias de xanas, atribuyéndoseles la posesión de auténticos tesoros formados por utensilios de uso cotidiano, como peines, usos y ruecas, que ofrecen como recompensa a cambio de ser liberadas de su hechizo.
Otra parte importante de la leyenda de las xanas es su implacable castigo a aquellas personas de mal corazón, que traicionan su confianza o que aceptan ayudarlas y se acobardan en el último momento. Se dice que las xanas requieren una prueba de valor para ser salvadas, esta prueba puede ser de fuerza de voluntad o de valor.
Un ejemplo de estas pruebas aparece en la historia del panecillo de los cuatro cuernos. En esta leyenda se cuenta que una xana prometió a un humilde campesino inmensas riquezas a cambio de que la ayudara a romper el sortilegio que la mantenía atada a su fuente. Para ello debía guardar en su casa un panecillo de extraña forma y con cuatro abultados picos. El hombre prometió hacerlo llevó el pan a su casa, donde explicó a su mujer que se harían ricos si conservaban intacto el pan.
Pasados unos meses, y a pesar de las advertencias de su marido, la mujer empezó a pensar que era estúpido estar pasando hambre cuando tenían el pan guardado en un armario, de modo que dio un mordisco a uno de los cuernos y trató de ocultar su mordisco estirando la masa restante. Sin embargo, mientras hacía esto, del bollo empezó a manar un poco de sangre, por lo que la mujer se asustó y dejó el pan en el armario.
Transcurrido un año, el campesino lleva el pan a la fuente y lo arroja al agua. En ese momento, el panecillo se transforma en un hermoso caballo… al que le falta una pata, de modo que no puede sacar a la xana de allí. Ésta se enfada y maldice a la mujer del campesino al averiguar que ella era la responsable.
Publicado en: Mitologia asturiana